Carlos Ángel Huallpara Loza*

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Retrato del Abogado Juan José Castelli Representante del Gobierno de las Provincias Unidas en el Primer Ejercito Auxiliar

Para poder comprender la acción del primer Ejercito Auxiliar en el territorio Alto Peruano, es necesario analizar a la figura más importante de esta intervención militar, y su accionar político en torno al manejo de las provincias altas que marcaría el inicio de la ruptura entre Charcas y Buenos Aires. En tal sentido, la presencia de Juan José Castelli en la audiencia charquina es un tema de gran discusión en torno a ¿Cómo se debe evaluar el accionar de Castelli en Charcas? Tendremos en cuenta los estudios historiográficos realizados tanto en Bolivia como en Argentina, se puede llegar a varias conclusiones y afirmaciones, siendo asimismo la pregunta más controversial en torno a su figura se relaciona a ¿Se le debe considerar un Tirano o un Prócer?. Por lo tanto, el objetivo principal del presente trabajo es analizar desde ambas perspectivas (boliviana y argentina) el accionar del primer Ejercito Auxiliar en el Alto Perú y sus repercusiones en la separación entre Buenos Aires y Charcas.
Desde la óptica alto peruana presentada por Arnade (1993), la desconfianza de los alto peruanos comenzó desde la ejecución del Virrey Liniers, considerado un héroe por la Audiencia tras haber derrotado a los ingleses (1806/7), por lo que la noticia de su muerte generó un sabor amargo sobre aquel representante de las provincias unidas que venía a liberarlos [1]. Por su parte, Galasso (2009) menciona acerca de este episodio: «Mariano Moreno como secretario de guerra del gobierno de Buenos Aires se aboca a derrotar a estos representantes del viejo orden, que conspiran en contra del nuevo gobierno, enviando a Castelli a Córdoba para aplastar la contrarrevolución, quien ejecutó los conspiradores el 26 de agosto de 1810[2]. De este modo Castelli a inicios de Octubre ingresa al territorio del Alto Perú para iniciar la campaña de anexión de Charcas al nuevo gobierno».
Posteriormente, tras la gran victoria de Suipacha el 7 de Noviembre de 1810, Castelli y Balcarce entran triunfantes a la Villa de Potosí siendo recibidos con gran entusiasmo por la población alto peruana, ya que según Arnade (1993), en Chuquisaca la capital de la Audiencia proclama la adhesión al gobierno de Buenos Aires. En Cochabamba los montoneros expulsan a los realistas y La paz se declara en apoyo a las tropas auxiliares, lo que genera que Goyoneche y sus tropas realistas se retiren a los alrededores de la ciudad paceña[3]. Sin embargo, es el momento en donde Castelli comete otro gran error, donde inmediatamente hace apresar al intendente de Potosí, trasladándose a Chuquisaca y hace arrestar al presidente de la Audiencia, ambos son ejecutados sin juicio alguno, imponiendo un nuevo gobierno a cargo de Pueyrredón, mientras que Castelli con su ejército se trasladan hacia el norte en busca de los realistas.

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“Descripción del Cerro Rico e Imperial Villa de Potosí”,  Gaspar Miguel de Berrío (1758).

Mientras tanto Castelli se dirigía al norte, el ejército acantonado en Potosí y Chuquisaca se dio a una actuación irrespetuosa e indecorosa ante la población. Arnade nos describe diciendo (1993) que se dieron robos, borracheras y asesinatos por parte de auxiliares, contra los pobladores quienes comenzaron a generar un resentimiento hacia los sureños. Otro altercado fue en las fiestas religiosas, por ejemplo en el día de Purificación de María, se celebraba una corrida de Toros donde un subteniente auxiliar intento ultimar a un toro con su sable, cayo derivado por el animal, lo que generó carcajadas que el subteniente no pudo aguantar, y lanzándose sobre el público hirió con su arma a varios indígenas y espectadores, quienes inmediatamente arremetieron en contra de los oficiales y soldados auxiliares con garrotes, piedras y cuchillos, haciéndoles huir hasta sus cuarteles donde se inició un sangriento combate únicamente interrumpido por el párroco de la iglesia y la figura de la Virgen María, de este modo las tensiones comenzaron a subir entre tropas auxiliares y la población alto peruana[4].
Por otro lado, mientras los ánimos empeoraban entre Auxiliares y charquinos en el sur, Castelli logra entrar con sus tropas a la ciudad de La Paz, y estableciendo que Charcas se integraba a las Provincias Unidas, por lo que comenzara el proceso de organización del territorio con la instauración de nuevas leyes y nuevas políticas administrativas, siendo las más importantes mencionadas por Soux (2006): Desde el momento en que Buenos Aires controló el Alto Perú, se trató de iniciar políticas liberales en el territorio en relación a la igualdad entre españoles, criollos, mestizos e indios establecidos en documentos redactados por el propio Castelli, siendo los más importantes la convocatoria del 10 de febrero de 1810 a la organización de juntas provinciales emitida desde La Plata, a la que Castelli anexaría en las leguas castellano, quechua, aymara y guaraní una circular que estaría destinada a la elección de representantes indígenas que participarían en el Congreso Provincial. Con el mismo derecho que representantes de las ciudades, basados en la idea de igualdad representativa, rescatando la adhesión de los pueblos indígenas en el nuevo sistema de gobierno. El segundo manifiesto expuesto por Castelli fue el 25 de Mayo de 1811 en las ruinas de Tiwanaku, que mencionaba que los indígenas tenían todas las libertades que un ciudadano común puede tener, como por ejemplo derechos sobre la tierra, derecho a la educación, ya que se menciona que deben existir escuelas en las comunidades originarias, etc. refiriéndose desde ese momento a los indígenas como ciudadanos compatriotas[5]. En tal sentido la adhesión de los pueblos indígenas al nuevo poder que Castelli pretendía consolidar en Charcas, puede considerarse el hecho más importante del primer ejercito auxiliar y su intervención en el Alto Perú.

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Centro Arqueológico de Tiwanaku

No obstante, a pesar del accionar de Castelli en relación a los indígenas, siguió cometiendo errores en relación a la campaña en contra del virreinato del Perú, ya que en La Paz firma con el general realista Goyoneche una tregua de 40 días que Castelli y Balcarce traicionan, y antes del lapso de tiempo acordado planean atacar a los realistas, sin embargo Goyoneche anoticiado de la traición a la tregua prepara una emboscada a los auxiliares en Huaqui (Actualmente Guaqui), donde les infringe una devastadora derrota, que acabaría con la mayor parte del ejercito Auxiliar, que tras la derrota huye en desbandada hacia La Paz, Oruro y Cochabamba. Tras la llegada de las noticias de la derrota a Oruro, la población se levanta en contra de los Auxiliares que al igual que en Potosí y en Chuquisaca, estaban cometiendo crímenes contra la población y los expulsan de la ciudad no permitiendo el ingreso de los derrotados. Posteriormente, el resto del Ejército Auxiliar en campaña es derrotado por Goyoneche en Cochabamba, lo que genera su retiro definitivo hacia Potosí y a las provincias unidas.

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Plano de la batalla de Huaqui.
Torrente, Mariano: Historia de la revolución hispano-americana. Imprenta de L. Amarita, 1830.

Finalmente, en la retirada del resto del Ejercito Auxiliar cometería un crimen muy importante en la ciudad de Potosí, y que en la actualidad sigue siendo tema de intenso debate entre los historiadores bolivianos. Hablamos del saqueo de la Casa de Moneda de Potosí y el Banco de San Carlos, a lo que Arnade (1993) relata: En estas circunstancias el presidente de la Audiencia nombrado por Castelli, Juan Martín Pueyrredón comprendió que estas derrotas alentarían a los alto peruanos a sublevarse en contra de los auxiliares, por lo que decidió trasladarse a Potosí para anunciar falsamente que Castelli había triunfado en el norte. Mentira que sería descubierta más adelante por los potosinos, y ante tal situación decidió escapar, pero antes de su cometido, ordenó el saqueo de la casa de Moneda y el banco de San Carlos, de donde sustrajo una cantidad enorme de marcos de plata y joyas, tras estos acontecimientos pidió a los pobladores que le entregaran 200 mulas para trasladar el botín a lo cual los pobladores se rehusaron y acusaron a los auxiliares de robar su ciudad, a lo que Pueyrredón contesto que se estaba llevando la plata a Tupiza, para organizar nuevamente a sus tropas y combatir a los españoles (lo cual era una total mentira, ya que el objetivo era llevarse la plata con destino a las provincias unidas). Despistando a la población el Ejército Auxiliar logro salir el 25 de agosto de 1811 en la noche con toda la carga rumbo a Tarija, a lo que alertados los potosinos organizaron un grupo de búsqueda para dar con los furtivos, pero sin éxito. Pueyrredón entro en Tarija una vez más desorientando a la población sobre el destino del botín, y así logrando ingresar a las Provincias Unidas con todo el dinero de la Villa de Potosí. Ante esta situación la población alto peruana se enfrentó con los rezagados del Ejército Auxiliar, sin lograr recuperar los recursos de Potosí, y en septiembre recibieron al Gral. español Goyoneche como salvador de la Audiencia, ya que para éstos, el realista los había liberado de los tiranos sureños[6].

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Retrato de Juan Martín Pueyrredón, responsable del saqueo de la Casa de Moneda y el Banco de San Carlos de Potosí

Con errores y desaciertos, se puede concluir que la primera expedición de los ejércitos auxiliares en el Alto Perú, expresada bajo la línea de la integración de las provincias altas al gobierno de Buenos Aires, tuvo problemas desde el inicio de su campaña, con la ejecución de Liniers, y posteriormente la ejecución de las autoridades de la Audiencia de Charcas, que bajo la perspectiva alto peruana eran crueles e injustificadas y que más adelante se vería empeorada con la actuación de las tropas auxiliares en las distintas ciudades, lo que generaría hostilidades entre los charquinos y los Auxiliares, que más adelante serán expulsados por sus actos, y para rematar la tensión entre estos, el saqueo de la casa de moneda y el banco de San Carlos por parte de Pueyrredón, y sus tropas que dejaría el descontento más grande que aún permanece en la actualidad en Bolivia, con relación a los Ejércitos Auxiliares de las Provincias Unidas. Sin embargo, cabe resaltar que a pesar de la crueldad mostrada por los auxiliares, los objetivos de una adhesión de todos, tanto españoles no realistas como indígenas al nuevo gobierno, trazado por Castelli en la búsqueda de la igualdad de oportunidades y el derecho de todos a ser considerados ciudadanos, genera un episodio significativo en el proceso del Primer Ejército Auxiliar, que si bien no se llegó a concretarse, se toma como los primeros inicios de la idea de Todos Somos Iguales.

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Patio interior de la Casa de Moneda de Potosi

Para culminar, y en relación a la figura de J. J. Castelli replanteando la pregunta inicial, ¿Tirano o Prócer? se puede tomar en cuenta la visión reflejada por Nicolás Rodríguez Peña, compañero de ideas y acción de Castelli, en una carta al historiador porteño Vicente Fidel López:
“Castelli no era feroz ni cruel, Castelli obraba así porque a ello estábamos comprometidos todos. Cualquier otro, debiéndose a la patria lo que nos habíamos comprometido a darle, habría obrado como él. Lo habíamos jurado todos, y hombres de nuestro temple no podían echarse atrás. Repróchennoslo ustedes que no han pasado por las mismas necesidades, ni han tenido que obrar en el mismo terreno. ¡Que fuimos crueles! ¡Vaya con el cargo! Mientras tanto, ahí tienen ustedes una patria que no está ya en el compromiso de serlo. (…) Arrójenos la culpa al rostro y gozan los resultados. Nosotros seremos los verdugos, sean ustedes los hombres libres” [7].

*Estudiante de la carrera Historia de la UPEA (Universidad Pública de El Alto, Bolivia). Docente de Ciencias sociales e investigador.


REFERENCIAS:

[1] Arnade, C. (1993). La Dramática Insurgencia de Bolivia. La Paz-Bolivia: JUVENTUD. p. 75.

[2] Galasso, N. (2009). Mariano Moreno. El Sabiesito del Sur. Buenos Aires-Argentina: Pensamiento Nacional. pp. 16-21

[3] Arnade, C. (1993). La Dramática… p.75

[4] Arnade, C. (1993). La Dramática… pp. 76-79

[5] Soux, M. (2006). El Proceso de la Independencia en Oruro: Guerra, Movimientos Sociales y Ciudadanía. 1808.1826. (Tesis de Grado). Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima-Perú. pp. 174-181

[6] Arnade, C. (1993). La Dramática… pp. 80-84

[7] Flores, J. (2018). ¿Qué fue la Revolución de Mayo? RyR. Bs. As. Argentina. p.31.


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